Despierta el susurro de tus ojos,
en mundo completo de sombras,
entre las manos del desierto,
la vida sus cuentas cobra.
Cuando la miro por el reflejo,
escucho sus sueños perdidos,
como chocolate amargo intenso,
su cantar ahogado y perplejo.
Aguarda en el nido en silencio,
la llegada del buen viento,
del tiempo errante y justiciero
de los prados verdes en invierno.