Un hasta luego profesado.

Despedidas de las noches,
una Luna perdida en tu ojos se va,
dejando un sereno alojado en el mar.

Un secreto yace guardado en silencio,
tras una noche calida de primavera,
aquella brisa se lleva lo que más amo.

Apoyando mi memoria en la arena,
seco mis lágrimas en mis sueños,
olvidando que alguna vez amé en silencio.

Una pena sublime me encierra,
con éste sentimiento cercano a los recuerdos,
nostalgico de sus caricias certeras.

La memoria recuerda cada roce,
una mirada amenazante,
un deseo latente.

Añora aquel amor profesado,
ahora que muere poco a poco,
extraña aquel amor inimaginado.

Shanny - 31/10/2009

Ignorancia.

Aquella ignoracia brutal,
ese poco reconocimiento de tu ausencia,
es la misma evidencia de vivir a la mitad.

Obviando en el olvido que no existes,
todo para cuando vuelvas empezar a recordarte,
y para cuando partas olvidarte.

Ignoracia es la memoria frágil,
un recuerdo a medio terminar en marmol,
ese grabado que en la piel memora un abrazo.

Aquello es la sentencia de lo amargo,
una medicina útil pero que deja mal sabor,
que cura la soledad del miedo.

Miedo es aquella fragilidad de tu aroma,
un deseo fortuito cada vez que te acercas,
es aquel roce en fuego que quema...

Fuego son aquellos ojos asesinos,
unas caricias furtivas,
una persecusión hacia el abismo.

Abismo son recuerdos de tu boca,
un sello de fuego y miedo,
que me recuerda la ignorancia absorta.

Shanny - 14/10/2009